Después de una lesión es importante realizar un buen trabajo de propiocepción. El objetivo es conseguir una buena recuperación y evitar futuras recaídas.

¿Qué es la Propiocepción?

La propiocepción es el sentido que informa a nuestro organismo de la posición y movimiento. Además indica el estado de la tensión relajación de la musculatura de las direferentes partes corporales.

Dicha información permite que se realicen ajustes en el control y la ejecución de los movimientos. De esta manera se evitan lesiones ante posibles gestos cotidianos, como por ejemplo, bajar escalones.

La información propioceptiva es recogida por diversos receptores, llamados propioceptores, situados en el sistema nervioso central (SNC). A través de éstos, se activan los reflejos básicos que permiten ajustes a nivel músculo-tendinoso y en los componentes de la estabilidad de la articulación.

Cuando se produce una lesión articular se produce un defícit en la información propioceptiva, haciendo a la persona propensa a lesionarse nuevamente. Además se disminuye la coordinación en el ámbito deportivo.

Entrenamiento de la Propiocepción

La estabilidad de las articulaciones puede entrenarse a través del sistema propioceptivo mediante una serie de ejercicios específicos. Con ellos se consiguen mejorías en:

  • Coordinación.
  • Tiempo de reacción ante diversas situaciones.
  • Fuerza
  • Equilibrio.

El entranamiento de la propiocepción se realiza en las fases finales de la recuperación. Además los ejercicios se adaptan a cada persona y al tipo de lesión.

Se realizarán ejercicios basados en desequilibrios del cuerpo y cambios rápidos de dirección. De esta manera se obliga a las articulaciones a adaptarse a los diferentes cambios.

Inicialmente los ejercicios serán muy sencillos aunque con el tiempo se harán más intensos de acuerdo con la progresión de la persona.

Estefanía García Hellín
Fisioterapeuta Col.: 6197