Estadísticamente el esguince o estiramiento excesivo de un ligamento es la lesión más frecuente del tobillo, siendo en un 85% de los casos el ligamento lateral el más afectado, debido a un mecanismo de inversión (se dobla el pie hacia dentro).
Este tipo de mecanismos lesionales se encuentran favorecidos en muchos casos por factores predisponentes como el pie cavo, el acortamiento del tendón de Aquiles, la laxitud ligamentosa (tensión del ligamento inferior a lo normal) o el uso de calzado inadecuado.
Es muy importante clasificar la lesión para determinar con la máxima eficacia su pronóstico y tratamiento:
- Grado I o distensión sin rotura.
- Grado II o desgarro parcial de ligamentos.
- Grado III o rotura ligamentosa completa.
Los esguinces grado I y II evolucionan satisfactoriamente con el tratamiento conservador, en el caso del grado III existe controversia en cuanto a la reparación quirúrgica del ligamento totalmente roto. En todos los casos la fisioterapia juega un papel primordial en la óptima recuperación funcional de la lesión.
En la fase inicial deben aplicarse los principios de crioterapia (frio), elevación y compresión con los objetivos de disminuir la inflamación y el dolor, así como también es aconsejable realizar sesiones de electroestimulación y masaje superficial para estimular la circulación.
Cuando disminuya la hinchazón y el dolor, se podrá empezar con ejercicios para prevenir la atrofia muscular, movilizaciones y estiramientos, así como masaje transversal profundo y baños de contraste (pasar en poco tiempo de frío a calor y viceversa). A partir de este momento el tratamiento estará enfocado a comenzar la deambulación y a recuperar la fuerza muscular.
Como medidas preventivas a la reincorporación laboral es importante proseguir con las pautas de refuerzo muscular y estiramientos del tendón de Aquiles.