A) FUNDAMENTACIÓN

La retirada del pañal es un proceso más de aprendizaje que llevan a cabo los niños en su proceso madurativo.

Para nosotros como padres también es un proceso de aprendizaje porque debemos ayudar a nuestros hijos a controlar esfínteres.

Como en todo proceso de aprendizaje entendemos que deben darse tres importantes etapas:

PODER (tanto los niños como nosotros debemos poder iniciar el proceso de retirada del pañal)

SABER (los niños tienen que saber qué hacer y nosotros también).

QUERER (debe haber una clara voluntad y colaboración por parte del niño y de nosotros como padres)

PODEMOS retirar el pañal cuando existe un control y madurez vesical y neurológica por parte del niño, y un nivel de comunicación verbal y no verbal adecuado, que le permita comunicar las sensaciones y necesidades que tiene.

Un niño puede controlar esfínteres entre los 18 meses y los 3 años.

Lo normal es entorno a los dos años de edad, porque con esta edad ya existe una madurez neurológica, vesical y anal, así como un nivel de relación y comunicación adecuado con los adultos.

Los SIGNOS a los que tenemos que prestar mayor atención para saber que podemos retirar el pañal a nuestros hijos son entre otros los siguientes:

• Cuando los niños llevan el pañal y en el momento de hacerse pis o caca nos indican verbalmente “pis”, “caca”. Están percibiendo una sensación diferente que identifican con los esfínteres.

• Protesta o se pone nervioso cuando siente el pañal húmedo o sucio (esto en parte se pierde con los “súper pañales”)

• Cuando tienen ganas de hacer pipi o caca existen unos signos externos que debemos observar y que pueden ser: cruzar piernas, bailar o dar saltitos, tocarse el pañal, se pone nervioso, se va a un rincón…

• Cuando el niño pide explícitamente que no le pongas el pañal.

• Cuando se presentan los signos de madurez propios de la edad (ser más autónomo, deambular y correr, comunicación verbal adecuada- aunque todavía no construya frases-, capacidad de imitar y obedecer…).

El control vesical e intestinal suele seguir una secuencia:

1.º Control de heces nocturno

2.º Control de heces diurno

3.º Control de orina diurno

4.º Control de orina nocturno

La frecuencia de las micciones va decreciendo a medida que el niño madura.

Debemos trasmitir a los niños que PUEDEN controlar esfínteres y debemos enseñarles para que SEPAN. Todos los que participen en el proceso deben ponerse de acuerdo en el Cuándo y en el Cómo llevarlo a cabo.

Una vez consideremos es el momento de que los niños controlen los esfínteres NO DEBEMOS dar marcha atrás, aun cuando nos hayamos precipitado en considerar el momento. Esta marcha atrás perjudica la adquisición del aprendizaje y el hábito a posteriori, ya que le estamos trasmitiendo un mensaje contradictorio a los niños (ahora te lo puedes poner, ahora no; ahora te permito que lo hagas en el pañal, ahora no).

Para decidir el momento idóneo tenemos que tener varias cosas en cuenta:

*Haber observado que los niños PUEDEN iniciar el proceso.

*Tener la disposición (temporal, física y psíquica) adecuadas para llevar a cabo el proceso.

*Que los niños tengan una estabilidad emocional en ese momento. Hay que posponer el proceso ante un cambio de domicilio, el inminente nacimiento de un hermano, el inicio del

colegio,…

Un buen momento para iniciar el proceso de retirada de pañal es la época de vacaciones (especialmente si buscamos el buen tiempo).

 

 CONSIDERACIONES PREVIAS A LA RETIRADA DEL PAÑAL

 

•Debemos ser modelo a imitar para nuestros hijos, deben saber y haber visto que los niños más mayores y los adultos hacemos pis y caca en el inodoro.

•Tenemos que jugar con ellos a “ser mayores” y a ir al baño para sentarnos en el inodoro, invitándoles a que se bajen los pantalones y se quiten el pañal. Lavarse las manos después de haber estado un ratito sentados (un minuto o dos, no más porque estamos jugando)…todo ello con el fin de adquirir una serie de hábitos y rutinas.

•También se les pueden leer cuentos ilustrados que traten el tema del control de esfínteres.

•Podemos jugar a llevar a los muñecos al baño para que se sienten en el inodoro.

•Debemos comunicar a los niños que vamos a ir sin pañal durante el día y que sólo se lo pondremos cuando vaya a dormir.

•Debemos comprar un adaptador para el inodoro y un elevador antideslizante que le permita subir y bajar con facilidad. Otra opción es comprar orinales si vamos a retirar el pañal a varios a la vez.

•Debemos darles autonomía siempre que sea posible y que se vayan haciendo ellos responsables de todo lo que conlleva ir al baño.

Hay que transmitir en todo momento NATURALIDAD Y TRANQUILIDAD, y RECUERDA: una vez tomada la decisión, no hay vuelta atrás.

Lo que NO DEBEMOS hacer:

•No hay que regañarles cuando haya escapes ni castigarles (hablándoles con voz suave pero firme).

•No hay que darle más importancia de la que tiene.

•No debemos compararles con los demás niños o con los hermanos.

•No se debe ridiculizar a los niños.

•No hay que tener prisa (presionarle nos llevará a la frustración del niño).

 

B) ¿CÓMO RETIRAMOS EL PAÑAL?

NO ES UN PROCESO DIFÍCIL SI SE HACE BIEN, Y SUELE DURAR ENTRE UNA SEMANA Y UN MES.

Primero retiramos el pañal del día y luego el de la noche, pero entre uno y otro no deben pasar más de quince días.

PASOS A SEGUIR:

1. Retirar los pañales del día y no ponerlos “nunca más”, aun cuando la circunstancia parezca justificarlo (viaje, visita,…)

La única excepción sería si una vez iniciado el proceso el niño padece una enfermedad que le mantenga encamado o sufre una gastroenteritis. (si ocurre en los primeros días de proceso).

2. Si conocemos el ritmo de micciones y defecaciones de los niños, debemos aprovechar el momento para invitarles a sentarse en el inodoro. Si tras unos minutos no ha hecho nada, se le levanta y se vuelve a intentar más tarde.

3. Lo normal es invitarles a ir al baño cada hora u hora y media, sin generarles ansiedad o angustia. Nunca formulando una invitación con pregunta en negativo (¿No quieres….? ¿No te apetece?….).

4. El mensaje formulado de forma positiva que hay que dar al niño es “tenemos que ir al baño”, “es hora de hacer caca”.

5. Hay que establecer una rutina para ir al baño. Nada más levantarse, cuando llega del colegio, después de las comidas, antes de salir de casa y antes de acostarse.

6. En el caso de que cuando se siente logre hacer algo, hay que felicitarle sin manifestaciones excesivas, para que integre que es algo normal.

7. Al principio avisará y no le dará tiempo a llegar, pero de la misma forma hay que felicitar por el intento.

8. Debemos estar atentos a las señales de los niños (bailoteo, tocarse el pantalón, quedarse quieto…) para llevarles al baño.

9. En el caso de no controlar bien en el tiempo esperado, trataremos de modificar la dieta, evitando darles alimentos muy diuréticos.

EN TODO MOMENTO HAY QUE BUSCAR LA COLABORACIÓN DEL NIÑO.

Aunque los niños son generalmente dóciles en el aprendizaje, puede ser que haya resistencia a la hora del control de esfínteres. La resistencia es símbolo de que algo más está pasando: puede ser que no esté contento con la escuela, no está a gusto con la profesora o los compañeros, o tiene problemas afectivos por eventuales conflictos entre sus padres, o en su entorno familiar.

Cuando existe resistencia a aprender puede ser señal de que hay problemas de atención: “Quizás los padres deberíamos pasar más tiempo con nuestros hijos”.

“Ante la resistencia, paciencia”.

 

Algunos problemas con los que nos podemos encontrar.

 

En ocasiones, pueden aparecer problemas como: retención deliberada de heces y orina, estreñimiento, aumento de micciones, embadurnamiento de heces, negativismo…

En estos y otros casos existen algunas actitudes que los padres deberían evitar.

No hay que olvidar que el niño tiene capacidad mediante sus mecanismos de maduración de controlar sus esfínteres. Se les puede ayudar pero “sólo si estamos convencidos de que existe una suficiente maduración”.

Aunque ofreceremos ciertas pautas que pueden ayudar a madurar al niño, hay que tener en cuenta “siempre” la voluntad del niño. Sentar en el WC u orinal a un niño sin que este quiera puede crear resentimiento y una actitud negativa en el niño.

No hay que olvidar tampoco que no todos los niños maduran de la misma forma. Cada niño lleva su propio proceso madurativo.

Hay que tener presente que en ocasiones puede aparecer alguna dificultad a nivel de intestino.

Otro problema que puede aparecer es la llamada “micción frecuente”. El niño capta muy pronto que cada vez que dice ¡quiero pis! Su madre y/o padre abandonan aquello que están realizando y acuden a ayudar al niño. Así, el niño puede iniciar una conducta caracterizada por la micción frecuente desafiando la tranquilidad de los padres. En este caso, conviene que la madre atienda las demandas del niño “sólo” a intervalos razonables, aun a expensas de que se produzca algún accidente.

En alguna ocasión puede aparecer lo que se ha venido a llamar el “negativismo del niño”. El niño puede negarse a ingerir alimento y del mismo modo oponerse al control de esfínteres, lo que puede provocar mucha tensión en los padres. Recomendamos una gran dosis de paciencia y no hacerse eco en exceso de sus llamadas de atención.Vamos a dejar de prestarle atención y poco a poco vamos a premiar los acercamientos a la conducta que queremos instaurar…pero para ello no debe percibir que nos crea ansiedad y que nuestro principal problema ahora es su pipi.

Vamos a sentar al niño un ratito en el orinal, vamos a estar con el acompañándolo y a ser posible con una muñeca que también va  a hacer pipi o caca. Vamos a premiarle por permanecer un ratito en el orinal, al día siguiente alargaremos el ratito……Así no más de 10 minutos.

Muy importante en la cole sigan las pautas sin reñirle.

Cuando tenga seguridad y no sea nuestro centro de atención irá instaurándose el hábito. Solo tenemos que relajarnos y no darle importancia ya que es un niño.

Haremos un registro de cuando el niño hace pipi o caca, hora del día y lugar, que estaba haciendo. También le pediréis a la maestra que os ayude a realizarlo.

Por supuesto cuando ya un día lo consiga hay que montar un fiesta pero no pasa nada si al día siguiente no lo consigue, no se le presta la atención, se le limpia y el nos ayuda y mañana lo conseguirá.

 

C) TRATAMIENTO PARA ENURESIS NOCTURNA

– Se debe establecer un horario miccional.

– El niño debe disminuir la toma de líquidos en la cena y orinar antes de acostarse.

– El niño debe rellenar un calendario miccional donde aparezcan la contabilidad de las noches secas y húmedas.

– Que el niño cambie su ropa y participe en la limpieza de su cama y su higiene personal, para asumir un papel responsable y activo. No debemos de trasmitir su participación como un castigo, sino como un hecho que le hace maduro y responsable de sus actos.

– No poner pañales, ya que se sentirá humillado

– Evitar reaccionar con enfados y castigos, siempre dando un refuerzo positivo en las noches secas (simple felicitación).

– Darles información a los niños sobre las causas y el pronóstico para evitar sentimientos de culpa.

Estos aspectos son muy importantes porque la colaboración del niño refuerza positivamente cualquier otra intervención que realicemos.

 

D) TRATAMIENTO PARA ENCOPRESIS

• Tratamiento psicológico, individual y familiar.

• Uso temporal de laxantes y enemas.

• Dieta equilibrada y rica en fibras vegetales.

• Crear un hábito de asistencia al baño después de cada comida.

• Registrar las incontinencias.

• Reforzar positivamente y no recriminar la conducta.

• Participación por parte del niño en su higiene personal y de la ropa manchada.

 

Beatriz Ortiz Pavía

Psicóloga de la UAT – SERMESA

Nº Col 6450

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