Leyendo con tus Hijos

Hoy en día, el dominio de la lectura y de la lengua escrita en todos sus matices es imprescindible, y lo será aún mucho más dentro de unos años, cuando nuestros hijos sean adultos.

Cuando usted abre un libro con sus niños, está abriendo el mundo para ellos.

Los hace curiosos, les da ánimo para aprender, y les facilita el éxito en la escuela. Y lo mejor de todo es que ustedes se divierten juntos en familia.

Fomentar el amor a la lectura es plantar una semilla que producirá muchas satisfacciones a padres e hijos. El niño que ama los libros tiene abierta la puerta de una vida escolar positiva y de una vida personal más rica.

Es tarea importante para los padres transmitir a los hijos el placer que ellos encontraron en los libros, pero sin que se «note» demasiado. Si la lectura aparece como una imposición, puede producirse el efecto contrario al deseado, el rechazo a los libros.

Léales desde temprana edad y frecuentemente. Los primeros años son críticos para desarrollar un amor a la lectura para toda la vida. ¡Nunca es demasiado pronto para comenzar a leerle a su hijo o hija!

Cualquier edad es buena para empezar. No llegas tarde si empiezas ahora. Tampoco es demasiado pronto. Lo importante es empezar a leer juntos. Jugamos con ellos, contamos cuentos, vemos las noticias juntos y estamos disponibles a la hora de hacer los deberes. Y así, poco a poco y disfrutando, vamos leyendo juntos. No siempre es fácil. A veces parece largo y, en ocasiones, podemos sentir desánimo. Pero en el mismo momento que descubrimos que nuestro hijo o nuestra hija tiene ganas de aprender a leer, sabemos que ya es una batalla ganada.

Estas son algunas ideas para atraer la atención de sus niños hacia los libros y ayudarles a desarrollar sus habilidades, las que les creará un buen hábito hacia la lectura.

Todo lo que se propone se debe hacer tranquilamente y disfrutándolo. Si nos sentimos agobiados es mejor descansar ese día. No es una obligación.

1 Deje que sus hijos le vean leyendo 

Esta es la mejor manera de mostrarles que usted valora la lectura y que también disfruta de ella.

Los padres son importantes modelos de adultos para sus hijos. Es fundamental que os vean leyendo, tanto al padre como a la madre, y disfrutando de la lectura.

La mejor manera de hacer lectores es ofrecer imágenes lectoras positivas: que los pequeños vean leer en casa, que la lectura forme parte de un hecho cotidiano y agradable. Los padres que cuentan cuentos a sus hijos, que se los leen de forma permanente, que leen delante de ellos y comentan con ilusión la lectura de nuevos títulos, están creando un clima propicio para el desarrollo de buenos lectores.

2 Un cuento juntos cada día.

Trate de leerles cada día a la misma hora, por ejemplo, a la hora de acostarse o a la hora de la siesta. 

Puedes empezar en cualquier momento, aunque tu hijo aún sea un bebé. Si no lo has hecho hasta ahora, no tengas ningún miedo de empezar. Leer un cuento juntos se puede hacer por primera vez a cualquier edad.

Coge un cuento con muchos dibujos. Cuando sea pequeño, el cuento debe ser corto, de modo que se pueda contar desde el principio al final en una misma noche.

Cuando sea mayorcito, lee tú el libro la primera vez y luego haz que lo repita.  Puedes pedirle que te diga lo que comprende de un párrafo nuevo y luego tú lees una página entera. Es muy importante que entiendan que en los libros hay historias que les pueden gustar.

3 Crea un ambiente de lectura.

Lo primero es proporcionar un ambiente para que leer sea fácil. Crea un rincón agradable, bien iluminado, donde el niño pueda tener y acceder a sus libros espontáneamente. Debe sentirlo como su propia biblioteca. Sus “cosas” importantes han de estar cerca y desde allí saber dónde están sus padres. 

Mantenga libros, revistas, y periódicos en casa para que siempre tengan algo que leer.

Lleva siempre libros contigo, y lápiz y papel, por si hay que esperar en algún sitio. En la consulta del médico, en el autobús se pueden leer libros, hacer preguntas, jugar, enseñar a mirar.

En el coche siempre debe haber libros para leer. De vez en cuando, cámbialos pero está bien que pasen una buena temporada en los bolsillos de los asientos. 

Lean también en voz alta otras cosas que están a su alrededor. Por ejemplo, mientras pasean por la calle, lean las señales de tránsito y los rótulos. Y en la casa, lean tarjetas y postales de familiares que se encuentren lejos del hogar.

4 Anime a los hermanos mayores que lean a los más pequeños.

Esta es una manera para que los hermanos mayores muestren sus habilidades. Así, los menores aspirarán algún día a leer como los mayores.

5 Visiten la biblioteca juntos.

La visita a la biblioteca y a la librería se convierte en una opción muy recomendable, con el fin de que el niño se familiarice desde muy pronto con los libros y tenga dónde elegir libremente según sus gustos y preferencias

Las bibliotecas infantiles son sitios muy agradables para los niños. Allí encuentran a otros niños de su edad y, en general, el ambiente es tranquilo. Parece como si a los niños se les contagiara el interés por los libros y, además, quisieran comportarse como los demás.

Acompaña a tus hijos y guíales la primera vez. El niño/a se siente cohibido al entrar en un ambiente de silencio pero enseguida aprende lo que puede y no puede hacer: puede ir a coger los libros que quiera, pero no puede gritar. La segunda vez ya querrá estar solo mirando libros.

Hazle socio de la biblioteca. Le gustará tener un carnet con su fotografía y comprobar que puede llevarse los libros a casa por unos días.

Tener un libro de la biblioteca en casa significa cuidarlo especialmente, recordar qué día se debe devolver, pensar que otros niños lo han leído o lo leerán

6 Dé libros a sus niños sobre temas que les interesen.

¿Les gustan los animales, los deportes o la magia? Sorpréndalos con algún libro o revista sobre su tema favorito.

7 Lleve a sus niños a lugares distintos.

Llévelos al parque, a un desfile, o a pasear. Los niños aprenden de lo que les rodea, de lo que ven y hacen.

Infórmese y participe de actividades que ofrecen su ciudad, barrio, etc.

8 Juegos con letras, palabras y mensajes

Leer juntos también es jugar. Al principio se trata sólo de reconocer palabras, en todo tipo de juegos, desde el “ahorcado” hasta sofisticados juegos de ordenador. Aunque reconocer palabras no es leer, dominar un vocabulario amplio y tener estrategias para memorizar palabras facilita la lectura.

Lleva siempre lápiz y papel para escribir palabras y jugar con ellas. Para inventar sopas de letras. Para dibujar. En cualquier sitio, en un restaurante, en el autobús. Las palabras que se escriben se memorizan mejor.

Practique rimas, poesías y canciones. Las rimas son fáciles de recordar, así que los niños pequeños pueden recitarlas con los demás miembros de la familia sin dificultad. Las rimas también les ayudan a aprender como suenan las letras.

9 Cuente historias de su familia e historias favoritas de su niñez.

Anime a los abuelos y otros familiares para que también les cuenten historias. La narración es una buena manera de trasmitir su tradición.

10 Cuando hable con sus niños al jugar,

al ir de compras y al hacer los trabajos de la casa, escúcheles con interés y hágales preguntas. Hablar con sus niños les ayuda a aprender como manejar el idioma.

11 Libros adecuados para cada edad:

A. Niños de 0 a 3 años:

Libros de tela, goma o cartón con páginas gruesas que pueda manipular.

Libros con objetos familiares para nombrar.

Con historias simples protagonizadas por niños de su edad.

Con rimas y juegos de palabras.

B. Niños de 3 a 5 años:

Los niños de esta edad se sienten orgullosos por sus logros. A muchos les gusta leer historias o cuentos sobre niños pequeños como ellos con experiencias similares. 

Disfrutan de historias con una trama simple que ellos puedan volver a contar con sus propias palabras.

También les gustan los libros con patrones de rimas repetitivas y predecibles, que les permitan participar en la lectura. 

Como están aprendiendo a escuchar y a comprender, es recomendable leerles libros más extensos con ilustraciones y también libros con capítulos para leer en varios encuentros.

Por su curiosidad, también les interesan los libros con información sobre diferentes temas, con datos y explicaciones.

La diversión y el juego son, junto con el lenguaje, elementos esenciales en el desarrollo intelectual y en la evolución del niño. Y las historias, los cuentos, los libros…, contribuyen no sólo a su equilibrio psicológico, sino también a que, identificándose con los personajes de ficción, aprendan a construir su propio mundo, se conozcan mejor y sean un poco más felices.

Mª Carmen Martínez Pérez
Psicopedagoga
CategoryArtículos PADI