Uso del Tacatá más Inconvenientes que Ventajas

Los tacatás  son aparatos con asiento y ruedas especialmente creados para ayudar al bebé a caminar. Les ofrecen autonomía para satisfacer su curiosidad, la mayoría de modelos son regulables en altura y poseen una bandeja de actividades para que jueguen y se diviertan. Sobre el papel, estos aparatos podrían considerarse que son perfectos, sin embargo la mayoría de pediatras y fisioterapeutas infantiles desaconsejan su uso y señalan la conveniencia de prevenir a los padres sobre los riesgos que implica su utilización.

No obstante, y contra la opinión de pediatras y fisioterapeutas el andador o tacatá es un aparato muy arraigado en la tradición popular.

Según un estudio de la Academia Americana de Pediatría es utilizado entre el 55 y 92% de los niños de cinco y quince meses, y del estudio coordinado por el pediatra Luis Santos Serrano del Servicio de Pediatría del Hospital Marina de Denia se desprende que un 42,6% de las familias con menores de 13 meses tiene uno, siendo la edad de uso entre los 7,7 meses y los 11,4 meses.

Del mismo modo nuevos datos revelan que pese a que los pediatras insisten en que no sirven para aprender a andar, las ventas de los tacatás  suben; según datos del BabyPANEL de TNS Worldpanel (empresa dedicada a la realización de estudios de mercado) en España se vendieron 73.000 unidades, 23.000 más que el año pasado.

La principal razón del éxito de este producto es que  ayuda a los padres a sentirse más cómodos y  paradójicamente, más tranquilos en la etapa de gateo del niño. Es por ello, que resulta imprescindible la necesidad de realizar campañas de concienciación sobre los riesgos del tacatá y de sus pocas ventajas. En este ámbito de divulgación han resultado de gran apoyo los últimos estudios científicos que han constatado el uso nocivo de su empleo.

Recientemente se ha publicado en la prestigiosa revista médica británica THe British Medical Journal un  estudio elaborado por un equipo de médicos irlandeses que ha puesto en entredicho la funcionalidad del tacatá , donde se informa que retrasa el gateo y el momento en que se empieza a andar, entre otras funciones motrices.

La directora de la investigación, la doctora Mary Garret, asegura que el desarrollo de los bebés que usan tacatá es “bastante más lento” si se compara con aquellos pequeños que no lo utilizan.

El estudio científico que fue llevado a cabo de un total de 190 bebés: 107 niñas y 83 niños confirma la existencia de diferencias considerables entre los niños que utilizan el tacatá y los que no, sobre todo a la hora de establecer el momento en que consiguen ponerse de pie y andar sin ayuda del adulto.

Aquellos  que lo usaron emplearon un total de 57 semanas en estar de pie por sus propios medios, mientras que los segundos tardaron algo más de 53 semanas. Las conclusiones de la investigación revelan que los niños que usan el tacatá tardan tres semanas más en dar su primer paso que el resto de los pequeños.

El hecho de que el tacatá retrase la adquisición de los primeros pasos viene determinada por una serie de factores a nivel motor. El tacatá elimina la posibilidad de apoyar el peso del cuerpo sobre las plantas de los pies, y además provoca que la postura de puntillas se mantenga durante más tiempo de lo normal lo que conlleva otra consecuencia: se impide que el bebé pueda mantenerse en equilibrio.

3257432_a1.jpgPara estar de pie, en el desarrollo motor normal , el niño traslada su peso corporal desde las puntas de los pies a los talones y viceversa. Para poder practicar este proceso, el lactante estando de pie se balancea  constantemente de un lado a otro, intentando así mantener el equilibrio en el eje antero posterior.

En el tacatá el bebé no puede cargar los talones, ya que se encuentra  sentado y además no tiene suficiente libertad de movimiento en el eje antero posterior; dificultando así la posibilidad de practicar el mantenimiento del equilibrio, imprescindible para adquirir una correcta deambulación.

Otro ejercicio sobre equilibrio que es limitado por el uso del tacatá es el que concierne al traslado natural del peso hacia abajo a través de la flexión de caderas y rodillas;  tampoco permite este movimiento  lo que  limita la oportunidad de realizar el natural “entrenamiento” a través de la flexión y estiramiento de sus piernas.

Además de retrasar  el entrenamiento del equilibrio, el tacatá al ser un objeto móvil  no permitirá al niño aprender a estar de pie sin moverse, requisito previo para el inicio a ponerse a andar.

Por otra parte este aparato no suele estar construido para andar de lado, sino para el movimiento hacia delante. Por ello no sólo impide el aprendizaje de la adquisición de la estabilidad de pie, sino también la marcha lateral con apoyos previa a la deambulación.

Todas estas experiencias motrices que hemos visto anteriormente deben ser aprendidas  por el niño de una forma natural y espontánea  ya que son los pilares básicos para poder mantenerse de pie  y andar,  y como hemos visto  el tacatá no permite la posibilidad de hacerlo.

En España iniciativas como la campaña “Tacatá, To-co-toc” ,promovida por el citado anteriormente  Dr. Santos Serrano, promueven concienciar a la población en general sobre los aspectos negativos  del uso del tacatá. Esta iniciativa se puso en marcha tras un estudio que revelaba como causas frecuentes de los accidentes, en el segundo semestre de vida, aquellas relacionadas con el uso del tacatá. Los resultados del estudio determinaron que un 24.4% de los niños que lo utilizaban  tuvieron accidentes por caídas, siendo los golpes y las heridas  los problemas más frecuentemente encontrados.  El alto porcentaje de accidentabilidad es otro factor añadido a la necesidad de realizar una ardua tarea de educación sanitaria  que aún está por realizar en España.

En países como Canadá se ha llegado a  prohibir la venta, promoción, importación y reventa de tacatás amparándose en la ley de productos peligrosos ya que  provocaban más de  1000 niños afectados por heridas cada año según el Hospital para Niños Enfermos de Toronto. Otras razones que  deben de contemplarse para confirmar la decisión del Gobierno canadiense  son las siguientes:

 

– No contribuye al desarrollo psicomotor que el bebe precisa para iniciar la marcha.

– Confunde al bebé al distorsionar los límites de su propio cuerpo.

– No favorece al desarrollo natural de los músculos del niño.

– En algunos casos puede llegar a deformar ligamentos y huesos.

– Es fuente de accidentes infantiles: caídas, vuelcos, choques, etc..

 

Por lo tanto, como bien resalta el pediatra Santos Serrano “El tacatá enseña a patinar, no a andar”  así que les aconsejo que hagan caso al ortopeda  Ebri  quien postula que  “Lo mejor que se puede hacer con un tacatá es tirarlo”

 

María Plasencia Robledo

Fisioterapeuta. Nº col. 1967

Unidad de Atención Temprana Sermesa

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