PREGUNTA: Trabajo en una E.D.A.R. y sé que existe el riesgo de intoxicación por la emanación de gases o vapores. Quisiera que me informaran sobre las medidas a adoptar para evitar accidentes por intoxicación.
RESPUESTA: Bajo la denominación de Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales urbanas, se agrupan las instalaciones en las que las aguas procedentes de las redes de alcantarillado de las poblaciones o núcleos habitados se someten a tratamiento, para reducir sus niveles de contaminación hasta cotas aceptables.
Este tratamiento consiste en separar los productos y sustancias de desecho que arrastran las aguas, que fundamentalmente son: plásticos, grasas, materias orgánicas, metales, arenas, productos químicos, etc., debido a que, junto a los vertidos «domésticos», se recogen los vertidos de las industrias, con conexión a la red urbana de alcantarillado.
Por lo común, este tipo de plantas funcionan las 24 horas del día y su proceso está muy automatizado. El personal es reducido en proporción a la magnitud de las instalaciones y sus misiones se reducen a labores de vigilancia y control del funcionamiento, toma de muestras y laboratorio. La mayor incidencia en accidentes se concreta en la realización de trabajos de mantenimiento preventivo y reparaciones de emergencia.
Como usted bien dice, uno de los riesgos que nos podemos encontrar en el trabajo en una Estación Depuradora de Aguas Residuales es el de intoxicación de los operarios, en concreto se disponen de datos que indican que este tipo de accidente supone aproximadamente un 8% de los accidentes ocasionados en estas instalaciones.
Fundamentalmente las intoxicaciones se pueden producir por cloro y sus derivados, y son debidas a las instalaciones de almacenamiento y dosificación de cloro, por deficiencias en las condiciones de almacenamiento, manipulación y regulación de las instalaciones dosificadoras.
Se recomienda que las botellas, depósitos e instalaciones de cloro no estén en la intemperie, sino que se dispongan en locales especiales, resistentes al fuego y exentos de humedad y bien ventilados, reuniendo las condiciones que garanticen temperaturas inferiores a 50 º C. En ningún caso se deben ubicar en sótanos, patios interiores o lugares profundos, debiendo situarse a más de 5 metros de las vías públicas, viviendas o productos inflamables.
Las botellas de cloro deben mantenerse sujetas en posición vertical con las llaves de paso hacia arriba y el capuchón protector colocado siempre que sea posible. Los tanques horizontales deben mantenerse inmovilizados mediante calzos u otros sistemas.
La manipulación de los recipientes debe hacerse sin brusquedades ni golpes, utilizando puentes-grúa para los tanques; y al igual que la vigilancia y el mantenimiento de las instalaciones, siguiendo de forma estricta las instrucciones del suministrador de cloro, y por personal responsable e instruido convenientemente para actuaciones de emergencia.
Debe instalarse dispositivos para prevenir la posibilidad de reabsorciones a los recipientes. Igualmente se considera necesario el disponer de un equipo de detección continua de fugas de cloro. Este detector debe estar conectado a un sistema automático de aspiración y neutralización del cloro, tipo “scrubber”.
La instalación eléctrica de los locales debe ser de seguridad aumentada, con los interruptores y maniobras en el exterior del local, para evitar la corrosión.
En caso de fugas de cloro, debe disponerse de máscaras con cartucho filtrante y preferentemente máscaras autónomas alimentadas por botellas de oxígeno o aire comprimido. En cualquier caso debe utilizarse protección ocular integrada en las máscaras o bien a través de gafas o pantallas bien ajustadas a la cara.
También, se pueden producir fugas de otros gases en trabajos dentro de fosos y redes de alcantarillados, a causa de desprendimientos súbitos, en redes de alcantarillado, con especial peligro por vertidos de residuos industriales ajenos e incontrolados. En estos casos, se debe verificar y controlar la atmósfera respirable en los puntos de trabajo conflictivos combinado con la utilización de equipos de respiración autónoma en las zonas de especial riesgo.