El asma y la EPOC son dos patologías inflamatorias de la vía aérea de alta prevalencia y elevada comorbilidad. Especialmente en los casos más graves. Las estrategias clásicas para controlar la evolución y la efectividad del tratamiento son insuficientes. Sobre todo para controlar la cronicidad de la inflamación subyacente, muchas veces asintomática.
Estas anormalidades pueden conducir al denominado remodelado de la vía respiratoria. Esto puede suponer un empeoramiento a medio o largo plazo del pronóstico de la EPOC y del asma. Las nuevas estrategias basadas en la monitorización cuidadosa de la inflamación y dirigidas a casos seleccionados (casos de control difícil de la clínica), proponen variaciones controladas en la dosis de esteroides inhalados, en vez de aplicar un incremento indiscriminado en la dosis o, todo lo contrario, insuficiente. Esta estrategia puede tener éxito cuando se ajusta a las necesidades de un individuo en particular. Así mismo se basa en el control de su inflamación. Aunque carecemos de parámetros definitivos parece que un control adecuado de los eosinófilos o el NO exhalado en el asma, o de los neutrófilos en la EPOC, permiten guiar su manejo minimizando los efectos adversos del tratamiento, particularmente en los casos agudos y en patología ocupacional.
Desde SERMESA hemos puesto a disposición de nuestro personal facultativo, las técnicas más novedosas para mejorar la atención a nuestros clientes. Además la prioridad es mejorar la salud de los pacientes sin pruebas invasivas, dolorosas o molestas. Por ello recomendamos la técnica del esputo inducido que permiten un diagnóstico diferencial rápido.
Dr. José Belda – Especialista en Neumología