El Botox, nombre comercial de la toxina botulínica, ya se empleaba hace décadas para tratamientos de patologías oftalmológicas como el estrabismo o la rigidez/espasmos de parpados. El Botox también se utiliza para patologías neurológicas como las migrañas y para tratar el bruxismo dental o el exceso de suduración en manos o axilas, ya que la relajación muscular reduce la transmisión nerviosa neuromuscular y evita las molestias de las cefaleas y la hiperhidrosis o las patologías derivadas de la tensión en mandíbulas y dientes.
Pero en los últimos años su uso se ha generalizado en la Medicina Estética por el efecto rejuvenecedor que ejerce sobre la piel y/o el cabello, ya que relaja los músculos y refuerza las fibras capilares, aportando hidratación y brillo en el rostro y/o el cabello.
¿Cuándo, dónde y quiénes pueden infiltrar botox?
Como acaba de ratificar el Tribunal Supremo, la Medicina Estética es una especialidad exclusiva de facultativos médicos, por lo que las infiltraciones de botox las ha de hacer un médico especialista y no fisioterapeutas, enfermeros/as o por personas sin la formación y la titulación necesaria.
Pero ¿Cuándo, dónde y quiénes pueden infiltrar botox? Como acaba de ratificar el Tribunal Supremo, la Medicina Estética es una especialidad exclusiva de facultativos médicos, por lo que las infiltraciones de botox las ha de hacer un médico especialista y no fisioterapeutas, enfermeros/as o por personas sin la formación y la titulación necesaria.
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¿Qué riesgos tiene el botox y cómo puedo evitarlos?
Las infiltraciones de Botox, si las realiza un profesional, son prácticamente indoloras y no tienen riesgos ni efectos secundarios adversos. Y si un paciente tiene alguna duda, lo más seguro es exigir el título académico del facultativo que le va a tratar, y confirmar que la toxina botulínica que se le va a administrar está legalmente autorizada y que el vial que se utiliza es exclusivo para esa infiltración.
¿Cuánto dura el tratamiento?
Los efectos del botox no siempre son inmediatos y, en función de los tratamientos, se requieren varias sesiones y revisiones. Por la misma razón, la duración de sus efectos dependen de cada caso y de cada persona por su tipo de piel, edad y género.
En tratamientos estéticos, la duración normal de la relajación muscular con toxina botulínica es de 3 meses a 6 meses, por lo que antes de que desaparezcan los efectos se suele recomendar repetir el tratamiento para prolongar su eficacia.
El Grupo Sermesa acaba de lanzar la nueva Unidad de Medicina Estética y Capilar, CE, dirigida por los doctores Luis y Alvaro Campos, especialistas con amplia trayectoria profesional que, además, cuentan con las infraestructuras y el aval de todo el grupo médico sanitario de las policlínicas de SERMESA en Mislata, Torrent, Alzira y la Pobla de Vallbona.
